miércoles, mayo 09, 2007

Los Sabios de la Vida


Más que vijos rabos verde o cabecitas de algodón, las personas en edad mayor, deberían ser los sabios de la tribu, es decir, disfrutar el invierno de sus años y aportar a la sociedad su experiencia, trucos, consejos o como le quisieramos llamar.

Tantos años transcurridos al frente de responsabilidades técnicas, empresariales o comerciales los dotan de las herramientas necesarias no para que trabajen, sino para que dignifiquen el trabajo. Pero, oh dios , no sucede así. Al contrario, las personas que ya vieron pasar su edad productiva se hacinan entre el olvido, la soledad y una raquítica pensión que no alcanza ni para lo más indispensable. Pocos son los ancianos que viven en comididad. Una sociedad caracterizada por la indolencia, donde tú solo te las tienes que arregla cuando hay problemas, no contempla ángulos para acciones alternativos en bien de esa misma sociedad.

Por más bombo y platillo que el gobierno del estado y los gobiernos municipales lancen "el Día del Adulto Mayor" en realidad no hay nada que celebrar, las condiciones miserables en que vive la población adulta en el estado son de luto, no de pachanga.

Agotada su vida productiva, vivienso así su etapa de abuelos, afiliados a alguna asociación, sobrellevando las reumas y menosprecio de las nuevas generaciones, algunos de los adultos cuidan a los hijos de los hijos, viendo la televisión, jugando loteria esperando a que llegue su punto final.

Quienes han servido a las empresas, gobiernos a la universidad entre otras instituciones públicas, a la hora del retiro se encuentran si no con las manos vacías, si con magras pensiones que no pueden empatar el nivel de inflación."Es que no me alcanza".

De ahi ahí que los sabios de la tribu, que son nuestros ancianos, en lugar de estar ocupando puestos de consejeros-asesores, tanto en el gobierno como en la iniciativa privada, estén de "cerillos" en Walmart, Soriana o Gigante, empacando nuestros artículos.

Incluso, en el colmo de la desverguenza, varias tiendas de autoservicio anunciaron con algarabia, que se les da una oportunidad a los ancianos de empacar despensas para que lleven ingresos a sus casas.

O sea: no obstante haber trabajado toda la vida el periodo productivo, todavía, en el ocaso de su vida tienen que trabajar.